Imagínate esta situación: estás a punto de subirte a un vuelo de larga distancia, esos que te obligan a estar sentado durante horas. La tripulación comienza el servicio de bebidas o durante los turnos de comida. ¿Un vino blanco? ¿Tal vez una cerveza? Suena tentador, ¿verdad? Sin embargo, hay muchas cosas que no te cuentan sobre lo que pasa en tu cuerpo cuando decides beber alcohol en pleno vuelo. Spoiler: tu cuerpo y mente no está muy de acuerdo con la idea.
Es muy habitual que durante un vuelo de larga distancia veas a numerosos pasajeros pidiendo diferentes bebidas alcohólicas durante el trayecto y hasta hay muchos bulos y gente que te lo aconseja como algo positivo para relajarte o mejorar la circulación sanguínea. Aunque su intención no sea mala, puede que estos hábitos no te ayuden tanto como piensas.
¿Por qué nos afecta más el alcohol en los aviones?
Aunque estés sentado tranquilamente en tu asiento, probablemente viendo alguna película que te haga más ameno el viaje, la altitud a la que vuelas, que oscila entre los 10.000 y 12.000 metros en los vuelos comerciales, hace que las condiciones dentro de la cabina no sean las mismas que en tierra firme. Aunque no lo sientas, dentro del avión hay menos presión atmosférica, lo que significa que tu cuerpo no recibe tanto oxígeno como normalmente. Y si a esto le sumamos un par de copas, un vino o alguna cereza, la cosa se complica para tu cuerpo y mente.
Al estar en un entorno hipobárico (es decir, con baja presión atmosférica), el cuerpo no puede metabolizar el alcohol como lo haría en tierra. Esto quiere decir que tu tolerancia al alcohol disminuye considerablemente. Así que si normalmente puedes tomarte un par de cervezas sin mayor problema, en el avión sentirás que te afecta con más facilidad.
¿Sabes lo que le pasa a tu cuerpo y mente cuando bebes alcohol durante un vuelo?
Y la ciencia lo confirma
Esto no es una farsa o consejo como el que te dicen que es bueno para tu cuerpo y mente ingerir bebidas alcohólicas, hay estudios que lo respaldan. Por ejemplo, uno publicado en la revista Thorax (que pertenece al British Medical Journal) concluye que la combinación de alcohol y la falta de oxígeno durante el vuelo no es precisamente la mejor idea. No solo afecta tu capacidad para descansar o conciliar un sueño profundo, sino que también le pone una carga extra a tu corazón y puede llevar a una condición llamada hipoxemia, que es básicamente un nivel bajo de oxígeno en sangre. ¿El resultado? Te sientes agotado, mareado y con dificultades para concentrarte.
Otro estudio, realizado por la Escuela de Medicina de Aviación del Ejército de Alabama, encontró que el alcohol combinado con las condiciones del vuelo puede llevar a una reducción drástica en los niveles de oxígeno en sangre, lo que afecta directamente a tu calidad de sueño y eleva tu frecuencia cardíaca. Así que no, no es la mejor opción si pensabas echarte una siestecita mientras vuelas.
Entonces, dormir y beber en un avión ¿Es mala idea?
Uno de los consejos que sueles escuchar con frecuencia antes de subir a un avión es “Me tomo un vino o una cerveza fresquita para dormir mejor”. Parece una buena idea, ¿verdad? Pues resulta que es todo lo contrario. Como mencionábamos antes, el alcohol disminuye tu nivel de oxígeno en sangre. Si a eso le sumamos que estás a más de 10.000 metros de altitud y que el aire en la cabina está especialmente seco, tu cuerpo y mente va a tener que trabajar el doble para mantener todo en orden y equilibrio.
De hecho, ese mismo estudio del Ejército de Alabama encontró que el sueño durante el vuelo empeora con el consumo de alcohol. Incluso en jóvenes y adultos sanos, los niveles de oxígeno caen hasta un 85% cuando duermen después de beber alcohol en un avión. A eso le sumamos que tu corazón late más rápido, el sueño se vuelve más ligero y, en algunas ocasiones, te despiertas peor de lo que te dormiste. Así que, si pensabas que ese vino te iba a ayudar a dormir como un bebé, te equivocas.
Los pasajeros de riesgo y el alcohol
Ahora, si eres de esas personas que padecen alguna condición médica, como apnea del sueño o síndrome de hipoventilación por obesidad, el alcohol en los aviones debería estar completamente fuera de tus planes. Según la British Thoracic Society, estas personas deben evitar el alcohol, no solo durante el vuelo, sino en las 12 horas previas. Y por si fuera poco, también deberían decirle adiós a los fármacos sedantes que podrían complicar la situación. ¿La razón? Tanto el alcohol como los sedantes agravan la falta de oxígeno que ya de por sí estás experimentando en el aire durante el vuelo, lo que puede llevar a complicaciones graves.
Trombosis y vuelos largos: Un combo peligroso
Pasemos a otro tema importante que debes valorar en un vuelo largo, la trombosis venosa profunda (TVP). Para aquellos que no lo saben, la TVP es una condición en la que se forman coágulos de sangre, generalmente en las piernas. Esto puede ser peligroso porque estos coágulos pueden viajar hasta zonas críticas de tu cuerpo y causar complicaciones graves, como por ejemplo una embolia pulmonar.
El riesgo de trombosis aumenta considerablemente durante los vuelos largos. Y sí, el alcohol también tiene algo que ver aquí. Un estudio publicado en The Journal of the Royal Society for the Promotion of Health reveló que las personas que consumieron alcohol durante vuelos de larga distancia y no se movieron lo suficiente, eran más propensos a presentar síntomas de trombosis pocas horas después del vuelo.
Los expertos recomiendan mantenerse bien hidratado, siendo el agua una de las mejores opciones, caminar un poco cada dos horas y, si es necesario, usar medias de compresión para evitar la TVP. Así que ya sabes, lo mejor para tu cuerpo y mente en un vuelo largo es que evites el alcohol y te asegures de moverte de vez en cuando o siempre que puedas.
Beber en un avión tiene un efecto único en tu cuerpo
Recomendaciones para disfrutar de un vuelo saludable
Con todo esto en mente, ¿Qué podemos hacer para asegurarnos de que nuestro vuelo sea lo mejor para tu cuerpo y mente? Aquí van algunas recomendaciones:
- Mantente hidratado: Tampoco es buena idea forzar y beber en exceso, pero sí asegurarte de que tu cuerpo reciba suficiente líquido. Recuerda que el aire dentro de la cabina es muy seco, lo que hace que te deshidrates más rápido.
- Evita el alcohol: Ya sabes que no es la mejor idea a pesar de lo que te digan, sobre todo, si quieres llegar fresco a tu destino, para tu cuerpo y mente mejor opta por una bebida sin alcohol.
- Camina cada dos horas o cuando puedas: Aunque no siempre es posible, intenta levantarte de tu asiento y caminar por el pasillo cada cierto tiempo. Esto no solo te ayudará a estirarte, sino que también evitará que tu circulación se vea afectada. Además te ayudará a despejarte un poco y descansar mejor. Si eres una persona que tiende a tener problemas circulatorios, después de un viaje largo, es aconsejable recurrir a un experto en drenaje linfático que te pueda ayudar con ello. También puedes aprender las mejores técnicas y formas para aliviar los problemas circulatorios, con el Curos en Drenaje Linfático.
- Haz ejercicios isométricos: Si no puedes caminar, al menos mueve los pies y las piernas mientras estás sentado. Esto ayudará a mantener la circulación activa.
- Duerme bien antes del vuelo: Si tienes un vuelo largo, asegúrate de descansar lo suficiente la noche anterior. Mantener un orden de sueño te ayudará a llegar lo más descansado posible.
- Cuidado con las comidas pesadas, vigila la alimentación: Opta por comidas ligeras antes y durante el vuelo para que tu cuerpo no tenga que trabajar demasiado en la digestión.
Así que, si alguien te aconseja que beber durante un vuelo largo, coméntale que es más efectivo hidratarse con agua, moverse y vigilar la alimentación para llegar de la mejor forma posible a tu destino.