El ser humano tiene hábitos que pueden ser considerados como “saludables”, pero en la mayoría de los casos no lo son y entre los principales órganos afectados está el cerebro. Desde el estrés hasta no dormir lo suficiente, resulta infinita la cantidad de acciones diarias que afectan negativamente la memoria.
Es muy importante saber qué daña el cerebro en general, más aún después de la mediana edad.
Algunos malos hábitos pueden pasar desapercibidos y por eso es importante conocerlos.
Medicamentos
Es común que las personas tomen medicamentos ansiolíticos o antidepresivos sin medir que estos pueden tener un efecto directo en nuestras capacidades mentales. Sin embargo, lo mejor es consultar a su médico más cercano ya que con su asesoramiento, se pudiera descubrir si existe algún sustituto que sea adecuado para cada persona y que no incluya estas contraindicaciones.
Consumo de drogas
Una de las cosas que hacen tanto daño al cerebro son las drogas. Su consumo excesivo e irresponsable puede generar algunas alteraciones morfológicas permanentes en la estructura del cerebro, como la pérdida de volumen en algunas zonas y disminución del tamaño de las neuronas.
Además, a todo aquel consumidor habitual le llega ese momento en el que ya no habrá vuelta atrás y en el que no existe posibilidad de revertir el daño generado. Por ese motivo, la mejor alternativa es siempre evitar el consumo de drogas y eso también incluye al alcohol, que por algún motivo siempre suele pasar desapercibido tan parecido como el consumo de estupefacientes.
Estrés
Tener estrés, causa un efecto devastador en el cerebro del ser humano. Sobre todo en lo que tiene que ver con la memoria espacial y es que este padecimiento puede llegar a convertirse en un problema crónico y las consecuencias pueden llegar a ser mucho más graves y permanentes.
Depresión
Determinar si la depresión son la causa de la pérdida de memoria puede ser difícil, pero es un hecho que la depresión puede causar este tipo de situación (denominada pseudodemencia) que es muy similar a la que ocurre en la demencia y esto por lo general causa efecto en la persona deprimida. Sin embargo, quienes pasan por un proceso depresivo, son conscientes de lo que ocurre y se quejan de ello. Además, rara vez se olvidan de acontecimientos actuales importantes o asuntos personales y suelen presentar otras características, como una intensa tristeza, problemas para dormir (demasiado o demasiado poco), lentitud o pérdida del apetito.
Traumatismos craneoencefálicos
Los traumatismos craneoencefálicos son más frecuentes en los boxeadores, los luchadores de artes marciales mixtas o los jugadores de rugby. Estos son propensos a padecer problemas cognitivos muy severos. Si se producen traumas en la cabeza de forma prolongada, irremediablemente acabará afectando al funcionamiento del cerebro y la memoria es una de las capacidades mayormente afectadas. Por eso y otros motivos, se debe pensar muy bien antes de empezar a practicar este tipo de deportes y a exponerse a este tipo de riesgos.
Enfermedades e infecciones
Algunas enfermedades físicas, como la tiroides hipoactiva o hiperactiva y algunas infecciones como el VIH, el herpes o la tuberculosis; pueden afectar directamente al cerebro. Por ese motivo, es importante consultar a un profesional de la salud sobre los posibles hábitos o actividades que se llevan a cabo para frenar la pérdida de memoria asociada a ellas.
Falta de sueño
Una persona necesita ocho horas de sueño por noche para que el cerebro descanse, a fin de que los procesos metabólicos se lleven a cabo correctamente con la energía resultante producida, así como para la renovación celular. Limitarse a dormir acelera la muerte de las células cerebrales a corto plazo, además de mantener a la persona cansada y de mal humor todo el tiempo.
Mala alimentación
Una mala alimentación provoca una disminución de la memoria. Además de cambios en el estado emocional y en la forma de comunicarse e interactuar con los demás.
El cerebro, como cualquier otra parte del cuerpo, necesita alimentarse correctamente, porque de ello depende su correcto funcionamiento. De hecho, numerosos estudios concluyen que la escasez de ciertas vitaminas y minerales como el Omega 3, la Vitamina B, los antioxidantes, la Vitamina K o el Triptófano pueden generar deterioro cognitivo. Por eso estamos en el deber de diseñar una dieta equilibrada y saludable; e incluir algunos alimentos que se han probado muy eficaces para fortalecer la memoria, como por ejemplo las manzanas.
Sedentarismo
No hacer actividad física ha demostrado tener serias consecuencias en el cerebro. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la actividad física mejora las habilidades de razonamiento, aprendizaje y juicio. De hecho, algunos estudios sugirieron que el sedentarismo podría acelerar el deterioro de la memoria asociado a la edad, y aumentar el riesgo de demencia y Alzheimer. Se plantea que un 13 % de los casos de Alzheimer a nivel mundial podría atribuirse al sedentarismo.
Por esa razón, no hay duda que todos estos factores son cruciales para mantener una memoria lúcida. Si el estilo de vida saludable se vuelve una prioridad para la persona, de seguro no sufrirá de ninguna enfermedad mental que quizás condicione su existencia hasta su último suspiro.
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