La Coordinadora de los cursos online del Área de Veterinaria, Vera Vicinanza, nos explica en el siguiente artículo de la sección “Aprender a educar a nuestros perros y gatos” que también es posible, con paciencia y esfuerzo, entrenar a nuestros gatos.
Noveno consejo: ¿Se puede entrenar un gato?
La respuesta es “sí”, pero con la condición que nos armemos de paciencia y empecemos con un gatito muy joven. Como cualquier otro animal, los gatos aprenden que una acción puede tener una consecuencia positiva o negativa. De ahí que, premiando los comportamientos deseados, podamos lograr que los gatos puedan aprender trucos útiles en su educación.
Una cosa importante que podemos enseñar a un gato es que al tocar nuestra mano tendrá una recompensa. Los gatos tienen la tendencia a acercarse si les tendemos la mano para olernos, así que reforzamos este comportamiento natural con premios. Podemos utilizar una comida apetitosa, tipo lata o algo que le guste mucho al gato. Cada vez que nos toca la mano con su nariz, le premiaremos. Este comportamiento puede ser útil si queremos llamarlo para que venga, si, por ejemplo, está haciendo algo que no debe o se ha metido en una situación peligrosa o simplemente si queremos que entre en su trasportín. El secreto está en no hacer sesiones demasiado largas – cinco minutos serán suficientes – y cambiar de ejercicio si vemos que el gato se aburre.
Además, como hemos visto en el artículo anterior, el gato se estresa mucho si tenemos que llevarlo al veterinario. Con este sistema podemos entrenarlo a que acepte el trasportín como un juego y que las visitas al veterinario sean menos estresantes.
Entrenar al gato no solo es una forma de establecer relación más estrecha con él, si no de estimularlo a solucionar problemas y no aburrirse y estresarse.