El ritmo acelerado de la vida moderna suele tener repercusiones importantes en el organismo. Una de ellas es la incapacidad de conciliar el sueño y dormir bien toda la noche.
Definir una rutina del sueño, que se adapte a las necesidades y gustos de cada uno, y que se convierta en un hábito diario a veces suele ser complicado. Esta rutina debe incluir actividades relajantes y placenteras, para educar al cuerpo y a la mente en que justo después habrá que dormir.
Dormir bien es una de las claves para gozar de una buena salud tanto mental como física. Cuando hablamos de dormir bien no solamente hacemos referencia a descansar el número de horas suficientes, sino de tener un sueño reparador y de calidad.
Es por eso que es necesario llevar a cabo buenas prácticas que permitan dormir mejor.
¿Por qué podemos dormir mal?
Todos están de acuerdo en que dormir es un placer, pero además es una de las funciones corporales básicas de nuestro organismo. Mientras se duerme, se cumplen funciones de regulación y recuperación fundamentales. Gracias al sueño las personas se reponen del desgaste físico y mental que conlleva la actividad diaria. De hecho, dormir es tan importante que en, condiciones normales, se pasa un tercio del día en la cama. Cuando se tienen problemas para dormir de forma recurrente, el estado físico, cognitivo y anímico se verán afectados de forma negativa.
Por lo general, se debe al estrés o a un acontecimiento traumático. Pero algunas personas sufren insomnio a largo plazo (crónico) que dura un mes o más. El insomnio puede ser el problema principal o puede estar asociado a otras afecciones o a medicamentos.
Hábitos
Para mejorar los hábitos de sueño, también puede ayudar:
- Irse a la cama y despertar a la misma hora todos los días
- Evitar la cafeína, especialmente por la tarde y noche
- Evitar la nicotina
- Hacer ejercicio con regularidad, pero no demasiado tarde
- Evitar las bebidas alcohólicas antes de acostarse
- Evitar comidas y bebidas pesadas por la noche
- No tomar siestas después de las 3 de la tarde
- Relajarse antes de acostarse, por ejemplo, tomando un baño, leyendo o escuchando música suave
- Mantener su dormitorio con una temperatura fresca
- Deshacerse de distracciones como ruidos, luces brillantes y el televisor o computadora en el dormitorio. Además, no se sienta tentado de usar su teléfono o tableta justo antes de acostarse
- Obtener suficiente sol durante el día
- No se acueste en la cama despierto. Si no puede dormir por 20 minutos, levántese y haga algo relajante
- Consulte a un médico si tiene problemas constantes para dormir. Usted puede tener un trastorno del sueño, como insomnio o apnea del sueño. En algunos casos, su médico puede sugerir usar medicamentos para dormir disponibles con o sin receta médica. En otros casos, puede solicitar un estudio del sueño para diagnosticar el problema
Alimentación
Dormir es algo esencial para la vida, contribuye a diferentes factores de la salud y la alimentación. Muchas de las consecuencias por la falta de sueño no son percibidas, sin embargo, la falta de sueño se asocia con obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Esta enfermedad, además de la falta de sueño, se relaciona con una mala alimentación, factores genéticos, ambientales y falta de actividad física y ejercicio.
Dentro de unos hábitos alimentarios correctos tampoco es muy conveniente tener presente el alcohol, puesto que los expertos reconocen que es un inductor del sueño «muy potente» aunque empeora una estructura correcta de sueño: favorece las pesadillas, perjudica la respiración e interrumpe la fase REM.
Emociones
Sabemos que dormir más y mejor, potencia un estado de ánimo positivo, sensaciones agradables y emociones positivas; todo ello hace que la persona sienta bienestar y satisfacción. La calidad (eficiente o no eficiente) y la cantidad (horas) de sueño que regularmente tiene una persona nos puede ayudar a entender cómo se encuentra. De hecho, en la primera entrevista clínica con un profesional de la Psicología, esta función es analizada y evaluada en tanto y cuanto conocemos su interrelación con la salud psicológica y bienestar emocional. La influencia es bidireccional: los trastornos del sueño afectan a la salud física y emocional, pero a su vez muchas personas que están padeciendo enfermedades médicas y/o alteraciones psicopatológicas pueden experimentar variaciones en su patrón de sueño.
Infusiones
Afortunadamente, la naturaleza provee una gran variedad de elementos con los que podemos preparar infusiones que nos ayuden a lograr un descanso reparador.
Las infusiones, a diferencia de los tés, no contienen Teína, ya que son bebidas que se obtienen a través de hojas, flores, hierbas, plantas, frutos o semillas que se dejan reposar en agua caliente sin que llegue al punto de ebullición.
Estas son las cinco plantas que te ayudarán con los problemas puntuales de no poder dormir que tengas.
- Valeriana: ayuda a controlar los nervios gracias a las propiedades sedantes y calmantes (no recomendable para mujeres embarazadas, en período de lactancia o aquellas que vayan a someterse a una cirugía).
- Manzanilla: además de usarse para los problemas gastrointestinales, la manzanilla se usa como hierba relajante.
- Melisa: sus propiedades hipnóticas ayudan a controlar los problemas para dormir y combate la angustia que impide nuestro descanso. Para que haga efecto es conveniente tomarla de 3 a 4 veces al día. Al igual que la valeriana no pueden tomarla las mujeres embarazadas.
- Tila: si se busca descansar bien una noche entera tomar una taza de tila es una gran solución. Alivia, de la misma forma que la manzanilla, los dolores y la pesadez estomacales.
- Lavanda: no solo sirve para aromatizar la casa o la ropa, combate el insomnio eficazmente.
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