Debido al ritmo de vida actual, tan cambiante y agitado, es posible que las personas no cuenten con una dieta saludable, y que eso produzca una deficiencia de nutrientes en sus organismos, lo que trae como consecuencia que se presenten diversos trastornos de salud. Debido a lo anterior, existen personas que tienen deficiencia de oligoelementos, los cuales se definen como elementos químicos esenciales, importantes para que el organismo pueda realizar sus procesos con normalidad.
El ser humano no puede producir oligoelementos de forma espontánea, por lo que tiene que consumirlos. Ellos intervienen en la regulación de las funciones metabólicas, respiratoria, muscular, neurovegetativa y muscular. Tanto la carencia como el exceso de oligoelementos resultan para perjudiciales para el organismo. El flúor, yodo, selenio, silicio, litio, magnesio, cromo, cobalto, hierro, manganeso, níquel, cobre, estaño y zinc, son algunos de estos oligoelementos.
Los oligoelementos y las contracturas musculares
Las contracturas musculares son contracciones sostenidas de uno o más músculos. Producen dolor e inflamación, y perturban el movimiento normal de dicho musculo. En la zona contraída, hay limitación de la irrigación sanguínea, la cual no se puede alimentar adecuadamente y se acumulan materias de desecho que producen dolor e inflamación. El estrés, el manejo inadecuado de las emociones y el sedentarismo, pueden ser causantes de las contracturas musculares. La deshidratación, el frío, las malas posturas y la mala alimentación también contribuyen a que ellas aparezcan.
La mala alimentación, al ser un factor que produce intoxicación de los músculos y de los tejidos, hace que se produzcan contracturas musculares. La ausencia de oligoelementos como el magnesio, fósforo, calcio y potasio, junto con la deficiencia de algunas vitaminas, también afecta notablemente este aspecto.
¿Cómo se producen las contracturas musculares?
La contracción muscular se produce cuando el músculo aumenta su tensión. Es una lesión que se presenta comúnmente y que se puede confundir con otro tipo de molestias. Es importante que la persona que la padece pueda identificarla adecuadamente y, darle el tratamiento correcto.
Existen tres tipos de contracturas musculares, durante el esfuerzo, posterior al esfuerzo y residuales.
Durante el esfuerzo: al realizar ejercicio físico el cuerpo metaboliza ciertas sustancias que permiten que se produzca el movimiento. Éstas se transforman en metabolitos o sustancias de desecho. Si hay mucho esfuerzo el cuerpo no es capaz de eliminar esta sustancia, la cual al almacenarse produce dolor e inflamación.
Posterior al esfuerzo: cuando el músculo ha trabajado de más se produce esta lesión, por lo que no puede volver a su estado de reposo por el cansancio acumulado. Para evitar que esto suceda las personas deben tener cuidado al realizar ejercicios o algunos movimientos.
Residuales: cuando una persona sufre una lesión grave, la musculatura de la zona suele contraerse como medio de protección y, a pesar de que la parte afectada se cure, la zona que le rodea mantiene la contracción.
Síntomas y prevención
Los síntomas de las contracturas musculares incluyen lo siguiente:
- Dolor y rigidez de la musculatura y de las articulaciones.
- Movilidad reducida.
- Debilidad en los músculos.
- Limitación del movimiento del lugar afectado.
- Nudo que se forma en la región y que es fácil de identificar en la palpación.
Las contracturas musculares se pueden prevenir al realizar un calentamiento adecuado, antes de hacer ejercicio físico, así el músculo estará preparado. También, se recomienda que los ejercicios se realicen de manera progresiva. Realizar movimientos que permitan mejorar la flexibilidad, ayudan a que el músculo se recupere luego del ejercicio y mejora la distensión.
Se deben prevenir los movimientos repetitivos, en caso de que no se puedan evitar, pues es recomendable que la persona realice pausas al menos cada dos horas, para realizar estiramientos de la parte que se ve afectada por la repetición.
También, se debe tener una correcta postura, para ello es importante a la hora de trabajar contar con un escritorio adecuado y una silla ergonómica. Asimismo, mantener el cuidado de los músculos como aplicación de calor en la zona, esto ayuda a curar la zona o a que aparezcan lesiones nuevas.
¿Cómo tratar las contracturas musculares?
Las contracturas musculares deben ser tratadas por un profesional de la salud y reciben diversos tipos de tratamientos entre los que se encuentran:
Miorelajantes y antinflamatorios: se trata de fármacos que tiene n la función de aliviar el dolor, reducir la inflamación y relajar la musculatura.
Calor local: es un buen analgésico ya que reduce el dolor y logra la relajación del musculo.
Masajes: deben ser realizados por personas cualificadas en el área. Mejora el flujo sanguíneo, permite la eliminación de los metabolitos y relaja el musculo, todo ello reduce el dolor.
También se pueden indicar oligoelementos para tratar las contracturas musculares. El fósforo, el calcio, el magnesio y el potasio, son útiles para mejorar las contracturas musculares y disminuir las inflamaciones articulares, reducen la presencia de calambres y conjuntamente con vitaminas como la C y la D, aumentan la fuerza muscular, el rendimiento físico y disminuyen la sensación de cansancio y de fatiga.
La oligoterapia, consiste en utilizar los oligoelementos para curar enfermedades. Esta es una terapia reguladora que se encarga de darle al organismo los elementos que requiere en la cantidad adecuada para que pueda continuar con un correcto funcionamiento. Debe ser aplicada por un profesional del área de salud, el cual puede ser un naturópata o un nutricionista. Que el organismo cuente con los nutrientes necesarios es de vital importancia para su correcto funcionamiento y evitar complicaciones futuras.
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