A veces las experiencias traumáticas son aquellas que implican eventos potencialmente mortales. Sin embargo, esto no siempre es así; cualquier situación que deje a una persona totalmente abrumada, aunque no incluya un daño físico, puede causar un trauma emocional.
Existen personas que durante mucho tiempo pueden haber estado expuestas a situaciones que no han podido gestionar lo que produce un trauma emocional de tipo acumulativo, que explotan luego de alguna situación particular. En cualquier caso, este tipo de traumas afectan la salud física y mental de una persona trayendo graves consecuencias para ellas.
En este texto se desarrollará información relacionada a: ¿Qué son los traumas emocionales?, tipos de traumas infantiles y en adultos y las terapias y metodologías recomendadas para estos traumas.
¿Qué es un trauma emocional?
Un trauma emocional es un choque emocional que queda grabado en el inconsciente, que se produce después de vivir un evento aterrador o que genera mucha angustia y que no puede ser afrontado por la persona de la manera correcta. Una persona que posea un trauma emocional, desarrolla creencias falsas sobre sí misma, lo que afecta su bienestar y su desenvolvimiento como individuo y también en el ámbito psicosocial. Cualquier persona puede sufrir un trauma emocional en algún momento de su vida.
Los eventos traumáticos son más propensos a producirse cuando:
- La persona no está preparada para el evento y se siente impotente para evitarlo.
- Es una situación que ocurre repetidas veces.
- Es un evento que sucedió en la infancia.
- Pone en peligro su vida o la de alguna persona cercana.
- Es una situación llena de mucha crueldad.
¿Por qué se originan?
Hay ciertos escenarios que pueden causar un trauma emocional en algunas personas, aunque en otras no produzcan un efecto traumático. Estas situaciones son:
- Fenómenos naturales como huracanes, incendios forestales, terremotos y tornados.
- Accidentes domésticos como incendios y explosiones.
- Episodios de violencia infantil o abuso sexual.
- El suicidio de un amigo.
- Haber vivido un accidente laboral.
- Haber sufrido un accidente automovilístico.
- Haber atravesado por situaciones de violencia como robo a mano armada.
- Vivir situaciones de guerra o terrorismo.
- Divorcio o ruptura de una relación importante.
- Lesiones debido a la práctica de alguna actividad deportiva.
- Diagnóstico de una enfermedad grave.
- Muerte inesperada de un ser querido.
- Haber vivido una situación humillante.
Se debe tener presente que no todas las personas van a recordar siempre todas las situaciones traumáticas que han atravesado y muchos de ellos quedan olvidados y fragmentados, pero almacenados en el inconsciente.
Sentimientos que se generan por los traumas emocionales
Luego de vivir un episodio traumático una persona puede darse cuenta que sus sentimientos se disipan en unos días o semanas. No obstante, hay personas en las que los efectos de un trauma psicológico duran más tiempo, debido al tipo de evento traumático experimentado, factores estresantes presentes en su vida actual, falta de apoyo emocional, tipo de personalidad y los medios de los que dispone para enfrentar la situación que está atravesando.
Estas personas suelen experimentar sentimientos profundos de temor, dolor y confusión que se manifiestan tanto físicamente como de manera cognitiva.
Tipos de traumas infantiles y en adultos
Los traumas emocionales vividos en la infancia traen como consecuencia problemas en la vida adulta. Algunos de los traumas que marcan a los infantes son: sentirse rechazados, sentirse humillados, abandono en la infancia, sentirse traicionados y sentir injusticia, sufrir violencia infantil, entre otros.
En los adultos se pueden presentar traumas emocionales como episodios de violencia de género, accidentes de tránsito, humillaciones, robos, secuestros, homicidios, intimidación laboral, pérdida de un ser querido, tortura o encarcelamiento, entre otros.
Terapias y metodologías recomendadas para estos traumas
Para superar los efectos de un trauma psicológico que incluso puede estar presente por muchos años en la vida de una persona, la misma debe seguir un tratamiento terapéutico personalizado por los profesionales de la salud que estén preparados para ello. A través de la psicoterapia, el paciente podrá superar el trauma y tomar el control de su vida, ser más resiliente, tener más confianza en sus capacidades, contar con herramientas para afrontar las situaciones que pudiesen presentarse en el futuro.
Lo primero que debe hacer el paciente es aceptar la existencia de su trauma y pedir ayuda psicológica para poder superarlo. Entre las terapias y metodologías recomendadas para estos traumas se encuentran la terapia cognitivo conductual, psicoterapia Gestalt, Técnica EMDR donde se trabaja con taping, aromas y sonidos, hipnosis, visualización guiada, Programación Neurolingüística, Técnicas de integración cerebral, EFT, mindfulness o meditación en el momento presente, biomagnetismo médico, entre otras que son empleadas para que el paciente pueda superar los episodios traumáticos. Tomar una o la otra dependerá del diagnóstico que reciba la persona después de realizar su valoración, por medio de un historial clínico.
Consecuencias de los traumas emocionales
Los traumas emocionales traen como consecuencia lo siguiente: pérdida del apetito, insomnio o trastornos del sueño, pesadillas, agresividad, irritabilidad, taquicardia, agotamiento, difusión sexual, dolores en todo el cuerpo y estado de alerta constante. También, pueden presentar ataques de pánico, depresión, indiferencia emocional, ansiedad, sensación de culpa, depresión, flashbacks o presencia de pensamientos e imágenes intrusivas, comportamientos obsesivos compulsivos, trastorno de estrés postraumático, entre otros.
Si los traumas emocionales no son tratados por un profesional de la salud calificado para ello, será muy difícil que el paciente tenga una vida donde se pueda desenvolver con normalidad, lo que trae como consecuencia aislamiento social, dificultad para integrarse a la vida laboral y para tener relaciones afectivas saludables. También la falta de apetito produce problemas de salud física y mental, ya que una persona que no se alimenta adecuadamente puede llegar a sufrir otros trastornos de salud como anemia, desnutrición y, en general debilitamiento físico y psicológico causado por el adelgazamiento.
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