El polen de varias especies vegetales causa las alergias más frecuentes en niños durante la primavera. Independientemente del agente causal, las alergias se deben a una reacción excesiva del sistema inmunológico ante la presencia de un agente externo.
Síntomas de alergia en niños
Buena parte de los síntomas de la alergia se presentan en el sistema respiratorio. Rinitis, congestión nasal, producción excesiva de moco, estornudos y tos forman parte de la sintomatología habitual. En los casos más graves pueden derivar en asma o dificultad respiratoria. Son también habituales el picor en los ojos, el lagrimeo e incluso la conjuntivitis. En caso de contacto directo, la piel reacciona contra los alérgenos mostrando enrojecimiento y picor. A causa de estas molestias, a menudo los más pequeños tienen problemas para dormir o para concentrarse.
Las alergias más frecuentes al polen las provocan las plantas de la familia de las gramíneas, muy abundantes y presentes en prácticamente cualquier territorio. Entre las causas ambientales de las alergias de primavera se encuentran también árboles como el arce, el olivo, fresno, plátano de paseo, olmo y algunas coníferas.
Dadas las complicaciones asociadas, es importante proteger en lo posible a los niños de los riesgos de alergias. El asma es la enfermedad más frecuente desencadenada a partir de una alergia estacional. El asma se produce cuando, debido a la inflamación de los bronquios, la vía respiratoria se estrecha y dificulta la respiración. Menos común, pero extraordinariamente grave, es el choque anafiláctico. La anafilaxia es una reacción alérgica multiorgánica que puede llegar a provocar parada cardio respiratoria. De darse, precisa auxilio médico urgente.
Recomendaciones preventivas y tratamiento contra la alergia
Algunas sencillas recomendaciones preventivas reducirán los riesgos de alergias, o aliviarán de forma importante los síntomas que éstas provocan.
En el caso de la alergia al polen, la reducción de la exposición se logra evitando lugares con altas concentraciones de alérgeno. Las visitas al campo y el ejercicio al aire libre han de hacerse con moderación. Cuando se viaja en coche es mejor mantener las ventanillas subidas. La ventilación controlada de la casa y la utilización de purificadores de aire son útiles en los casos más graves. Actualmente resulta fácil disponer de información diaria sobre los niveles de polen, para así planificar ciertas actividades en función de las condiciones ambientales.
Para el tratamiento de la alergia infantil el primer paso es la consulta a un especialista, que estudiará el alérgeno causal y determinará el tratamiento óptimo. El uso de antihistamínicos durante los periodos en que se sufre la enfermedad implica un importante alivio sintomático, permitiendo al niño llevar una vida normal. La inmunoterapia con alérgenos, comúnmente conocida como vacunas contra la alergia, es un tratamiento a largo plazo con el fin de producir hipo sensibilización. La exposición a cantidades controladas de alérgeno va modificando poco a poco la sensibilidad del sistema inmunológico. Los efectos de la inmunoterapia empiezan a notarse a partir de seis meses del inicio del tratamiento, llegando a su máximo tras dos o tres años.
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