Los perros y los gatos presentan una tendencia mayor a sufrir cáncer que los seres humanos. Esto se debe, por un lado, a las peculiaridades de sus respectivos metabolismos. Pero, sobre todo, guarda relación con la práctica de consanguinidad seguida para obtener y perpetuar ciertas razas.
Aquí queremos contarte cuáles son los principales síntomas de cáncer en ambas especies y cómo es el tratamiento que suele llevarse a cabo en ambas.
Los síntomas de cáncer en perros y gatos
Detectar un cáncer en un perro o un gato, al menos de forma precoz, es extremadamente difícil. Esto se debe a que el animal trata de disimular sus dolencias y molestias por simple mecanismo de supervivencia. Así que, cuando presenta síntomas, la enfermedad suele estar muy extendida. Solo en casos como el de los tumores cutáneos, orales y genitales es posible encontrarlos a simple vista.
En cualquier caso, hay que llevar al animal a revisión con su veterinario una vez al año para que le explore. Y, si aparece cualquiera de los siguientes signos de alarma, acudir a él de urgencia:
- Pérdida de apetito. Probablemente, lo primero que notes es que tu perro o gato deja de comer o, al menos, no ingiere las cantidades habituales.
- Pérdida de peso. Puede venir sobrevenida por la falta de ingesta de alimentos o no. Cuando supera el 10 % de su masa corporal sin motivo aparente hay que acudir al veterinario.
- Molestias visibles. Hablamos, por ejemplo, de cojeras, de la manifestación de dolor al tocar una zona determinada de su cuerpo, de vómitos, etc. Especial mención merece la palidez de las mucosas nasales.
- Pérdida de actividad, tristeza y pérdida de interés. Cuando el perro o gato pasa demasiado tiempo en su cama, se niega a jugar o no quiere salir a la calle, lo más posible es que algo le suceda.
- Sangre en las heces y/o en la orina. Conviene revisar los excrementos de la arena en el caso de los felinos. En el de los perros, lo mejor es recoger las heces con una bolsa blanca que evidencie si hay restos de sangrado o no.
Diferentes tratamientos para el cáncer de perros y gatos
El tratamiento a seguir solo puede ser determinado por el veterinario tras realizar una serie de análisis y pruebas. Además, deberá tener en cuenta la raza y la edad del animal ya que son factores de peso.
La cirugía suele ser la opción preferida de los veterinarios ya que, cuando no existe metástasis, suele dar lugar a la recuperación completa del animal en poco tiempo. Además, es la más efectiva y rápida.
La quimioterapia y la radioterapia son las alternativas existentes. Sin embargo, por el impacto negativo que tienen en la calidad de vida del animal, así como por la dificultad en su aplicación, suelen usarse solo en última instancia.
En definitiva, la aparición de un cáncer no tiene por qué ser el final de la vida de tu mascota. Como sucede con los seres humanos, mediante los tratamientos y cuidados adecuados es posible alcanzar la curación total. Eso sí, es de vital importancia detectarlo lo antes posible.
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