Seguro que alguna vez has mirado a la cara a tu perro y has pensado que te estaba transmitiendo una emoción más propia de los humanos que de los animales.
Pues bien, no te estabas equivocando, y es que recientes estudios han demostrado que los aspectos psicológicos de los canes presentan emociones más similares a las humanas de lo que se pensaba.
El cerebro del perro
Lo que se ha certificado en los estudios a los que hemos hecho mención es la forma en la que los perros consiguen procesar la información verbal que le transmitimos los humanos. Los resultados han mostrado que el hemisferio izquierdo procesa el contenido de las palabras y su carga emocional mientras que el derecho analiza las partes que ya le son conocidas de lo escuchado.
La sorpresa es que esto mismo es lo que hace el cerebro de los niños. Sí, el estudio concluye que los perros y los seres humanos más pequeños reconocen y expresan las emociones de una forma muy similar, algo que no se esperaba que apareciera de una forma tan clara.
Hay que tener en cuenta una diferencia entre los niños y los adultos. Los primeros tienen una gama de emociones mucho más reducidas que los segundos, y es que mucho de lo que sentimos las personas adultas se va desarrollando con el paso y con la ayuda de las relaciones sociales.
Es decir, los sentimientos de tu perro son similares a los de los niños, pero no son ni mucho menos igual de complejos que los que siente un adulto que ya esté completamente formado, algo que no debes perder de vista.
Las semejanzas relevantes
Pero tras lo dicho antes, ¿Cuáles son esas emociones que niños y perros comparten? La gama se centra en aspectos básicos de la emotividad como la alegría, la tristeza, la ansiedad y los celos. Estas cuatro afecciones emocionales son las que afectan de forma casi idéntica a niños y perros y, en parte, son en las que se apoyan la mayoría de las emociones adultas más complejas.
Seguro que has notado alguna vez que tu perro siente alegría cuando llegas a casa y manifiesta pena si no le das su juguete favorito. Asimismo, puede tener celos si juegas con otros perros e incluso si tienes un hijo y le empiezas a dedicar menos tiempo a él.
Pues bien, esto, que antes era tomado como algo complicado de afirmar, ahora es completamente cierto y debe ser tenido en cuenta para el bienestar animal.
Cómo trabajar las emociones con un perro
Siempre que no haya que acudir a un etólogo profesional para los casos más graves de desordenes emocionales, los aspectos psicológicos de los perros se pueden trabajar dedicándoles tiempo, no alterando sus costumbres y dejándoles claro siempre las reglas de comportamiento que deben mantener.
Con lo dicho, debes saber que las emociones más similares entre perros y niños se manifiestan de igual forma, por lo que nunca deberías dejar que la ansiedad o la tristeza hicieran mella en el vínculo que tu perro y tú tenéis.
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