La osteopatía es un concepto filosófico y terapéutico que entiende la salud desde una perspectiva holística, considerando que cada persona es una unidad indivisible entre el cuerpo, mente y espíritu, y no un simple conjunto de órganos. Según este método multidisciplinar nacido en el siglo XIX, el individuo puede alcanzar un estado completo de bienestar solo tras conseguir una sintonía perfecta entre lo físico, mental, espiritual y emocional. Teniendo en cuenta que la salud no es algo estático sino dinámico y está en continua evolución o involución, el objetivo de un osteópata es ayudar a su paciente a mantener o recuperar el equilibrio entre sus constantes vitales para llevar una vida más sana y disfrutar de ella con total plenitud.
Osteopatía y sus beneficios para la salud
La osteopatía es un verdadero arte terapéutico, que por medio de técnicas manuales específicas, refuerza la inmunidad, alivia los dolores, relaja la musculatura, estimula los sistemas venoso, arterial, céfalo y linfático, devuelve la flexibilidad a las articulaciones y mejora el funcionamiento de todo el organismo. Se trata de una técnica no invasiva y respetuosa con el cuerpo del paciente, que no solo consigue sanar o aliviar dolencias de distinta índole, sino ayuda al organismo a potenciar su capacidad de autorregulación y a mantenerse en un estado saludable. Además, la terapia osteopática no contempla la ingesta de medicamentos, por lo que evita los efectos secundarios derivados de la toma de sustancias químicas y/o de las intervenciones quirúrgicas.
Es por ello que cada vez más personas deciden recurrir a esta medicina complementaria para tratar con éxito diferentes problemas físicos, mentales y psicosomáticos. Entre ellos, dolores articulares y de espalda, tendinitis, neuralgia trigeminal, trastornos digestivos, mareos, vértigo, colon irritable, gastritis, estreñimiento, hernia hiatal, bronquitis, jaquecas sin causas aparentes, patologías pulmonares, afecciones del sistema nervioso, anomalías endocrinas, cefaleas, déficit de atención, síndrome de vago, trastornos mentales, problemas de oclusión y un largo etcétera.
Osteopatía como forma de fortalecer el sistema inmunológico
Las técnicas osteopáticas estimulan la liberación de un sinfín de sustancias activas que viven dentro del cuerpo humano y son el motor biológico de su vitalidad. Entre ellas, las plaquetas, glóbulos blancos, analgésicos, enzimas, iones, componentes de la linfa y hormonas secretadas por el sistema nervioso vegetativo, glándulas tiroideas, etc. Al reactivar la producción de estas sustancias sumamente importantes para la salud, el osteópata logra despertar la inmunidad natural del paciente y hacerla más resistente a los ataques de patógenos externos.
En cuanto a las contraindicaciones, son escasas. Si bien la terapia osteopática no siempre es la mejor opción para el tratamiento del paciente, sí puede ayudarle a recuperar el equilibrio y recobrar el bienestar. Sin embargo, la osteopatía es contraproducente en enfermedades graves como el cáncer, la poliartritis o la esclerosis en placas, especialmente en sus periodos de crisis o en fases de evolución aguda. Su aplicación tampoco se recomienda en traumatismos severos como fracturas de todo tipo. En estos casos es preferible recurrir a la osteopatía cuando el paciente ya se encuentra recuperado o está fuera de la fase aguda.
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