Cuando un animal enfermo llega a la clínica, lo primero que se debe hacer es evaluarlo y darle los cuidados necesarios. Pero, a veces, esto se hace más complicado, ya que el diagnóstico puede tardar algo de tiempo. Para solucionar este problema tenemos protocolos que nos ayudarán y que vamos a pasar a compartir contigo aquí.
Valorar el estado del animal
Acabada la primera fase si es de emergencia, lo que se debe poner en acción es ese protocolo SOAP que nos ayudará a darle al animal la atención que requiere para que podamos determinar cuál es su estado de salud real.
El SOAP está compuesto por una serie de pasos que deben seguirse de forma ordenada y que sirven para tener una idea aproximada sobre el estado de salud del animal que acaba de llegar.
Los primeros dos pasos son el análisis subjetivo y el objetivo. Contando con la información extraída de ambos tipos de análisis por el profesional, se conseguirá alcanzar el tercer paso del protocolo SOAP: la valoración.
Valorar al animal tras un primer análisis superficial es algo de vital importancia. En este paso no se está determinando todo el tratamiento que seguirá ni los pasos más importantes para aliviar su problema, pero sí se marcarán las primeras decisiones para empezar a trabajar con el paciente.
El último paso del SOAP es la planificación. Aquí se empezarán a determinar aspectos como los análisis o exploraciones necesarias y se comenzarán a dar hipótesis sobre los posibles problemas de salud que el animal pueda tener.
El análisis de las constantes
El SOAP es un protocolo que solo es útil para los primeros pasos que el animal va a dar en la clínica, más si presenta algún cuadro grave.
El siguiente punto en la atención debe ser el de medir las constantes vitales del paciente. Aquí hay muchos aspectos que deben ser valorados, ya que la toma de información en los animales es más compleja que en el caso de los humanos.
El análisis pasará por tomar la temperatura, controlar el pulso y el nivel de respiración y, por último, por vigilar el color y el nivel de humedad de las mucosas. En animales como perros y gatos, la coloración del hocico o de otras zonas puede revelar problemas con mucha rapidez, por lo que esto se debe incluir en cualquier exploración.
Alojar en jaulas
Por último, el paciente peludo debe pasar a una jaula en algunos casos. Estos serán si requiere de observación o si el tratamiento necesario obliga a que se quede en la clínica durante unos días.
La jaula permite dar un entorno tranquilo y alejado de otros animales al enfermo, por lo que su uso es el más recomendado en casos de aislamiento o internamiento. Además, el animal puede tener una enfermedad contagiosa, por lo que no se recomienda que entre en contacto con otros seres vivos.
En definitiva, con estos pasos se pueden cubrir los aspectos básicos para los cuidados de un animal enfermo, pasos que todo profesional veterinario debe conocer a fondo
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