Listos, tiernos y con una necesidad imperiosa de compañía, el Bulldog Francés destaca por ser un perro peculiar en cuanto a carácter, hábitos y cuidados. La atención que demanda esta adorable raza canina, sin ser complicada, requiere de tiempo y vigilancia de varios detalles. Por eso, la decisión de incluir un Bulldog Francés en la vida familiar implica un compromiso de dedicación que este precioso perro va a devolver con cariño, lealtad, compañía y esa gracia natural que conquista a todos quienes lo ven.
Los orígenes de la raza Bulldog Francés
Algunos expertos afirman que los antepasados del frenchie se conocieron ya durante el imperio romano, aunque no existe la certeza de ello. Sin embargo, se ha establecido que la raza deriva de cruces realizados entre el Bulldog Inglés y diversos perros de raza Terrier. Debido a ellos, el Bulldog Francés es bastante más pequeño que su ancestro inglés.
Se cuenta que, en el pasado, el frenchie solía ser el animal de compañía habitual de carniceros y chóferes, aunque su rol fue cambiando hasta convertirse en un perro refinado y elegante, muy presente en el ámbito de la burguesía inglesa primero, y de la francesa después. Esta raza se presentó en el certamen canino de belleza del Westminster Kennel Club en el año 1896 y, ante las opiniones dispares de los jueces, se decidió crear la fundación French Bulldog Club of America. Finalmente, en 1898 la raza fue aceptada como tal, con sus características definidas, y en el mismo año se celebró la primera exposición en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York.
Aspectos clave para cuidar bien de un Bulldog Francés
El frenchie se lleva estupendamente bien con los ancianos, es muy protector con los niños y resulta una compañía genial para quienes disponen de suficiente tiempo como para dedicarle y acompañarlo. Conviene adiestrarlo y acostumbrarlo a sus normas de higiene desde cachorro, para luego poder proceder a su aseo con facilidad.
El primer punto a cuidar es su alimentación, ya que necesitan de pienso específico para Bulldog Francés, bajo en calorías y con todos los nutrientes que su físico requiere. Uno de sus problemas es la tendencia al sobrepeso, por lo cual la dieta alimentaria debe ser estricta. Para saber las cantidades y la frecuencia con la cual se debe alimentar, conviene consultar al auxiliar de clínica veterinaria cuando se le ponga el chip, se administren las vacunas y los antiparasitarios necesarios o se lleve para revisión general.
Con respecto a la higiene, el frenchie se debe bañar una vez al mes y poner especial cuidado en la limpieza y el secado de los pliegues del hocico. Precisamente, estos pliegues deben limpiarse con toallitas húmedas especiales para perros y secarse bien dos veces por semana. Igualmente importante es la higiene de los oídos, ya que por las características de sus orejas tienden a ensuciarse mucho y a producir bastante cerumen. Hay productos especiales para proceder a su frecuente limpieza, imprescindible para conservarlos sanos. Los ojos también deben limpiarse regularmente con gasas y suero fisiológico, para mantenerlos libres de legañas y suciedad.
En cuanto a ejercicio, el Bulldog Francés no necesita una actividad física demasiado exigente. Por el contrario, de hacerlo podría mostrar dificultades respiratorias. Al ser un perro braquicéfalo con hocico muy achatado, puede emitir ronquidos, en general normales. Ante cualquier duda o consulta se debe acudir de inmediato y recibir el consejo del auxiliar de clínica veterinaria. Estos profesionales cuentan actualmente con una preparación profesional de muy alta cualificación, y pueden resolver una gran cantidad de situaciones y consultas, además de asistir con la máxima eficiencia al Licenciado en Veterinaria en múltiples planos.