El método Rolfing es una terapia creada por Ida Rolf, consiste en una técnica de trabajo corporal profundo que se realiza mediante un masaje dinámico. Su objetivo consiste en remodelar el cuerpo hasta situarlo en su eje central y, a partir de ahí, reeducar la postura y el movimiento. Este método se llamó inicialmente “integración estructural”.
El método Rolfing se basa en el yoga y la osteopatía, y su filosofía se centra en aliviar la tensión de la estructura musculo-esquelética. La particularidad de este sistema se basa en actuar sobre los tejidos conectivos que, en función de su ubicación, se denominan fascias (película flexible y resistente que recubre los músculos y órganos), tendones (extremo fibroso del músculo que se une al hueso) o ligamentos (tejido flexible de las articulaciones). Estos tejidos conectivos son maleables y, en su conjunto, son los que mantienen al cuerpo unido.
¿ A quién está dirigido el método Rolfing?
El método Rolfing está dirigido a personas que quieren aliviar el dolor musculoesquelético y reeducar su posición corporal. El trabajo de realineamiento corporal ha de estar acompañado de nuevos hábitos de postura y movimiento. Por lo que, además del masaje dinámico realizado por el terapeuta, se requiere la práctica de determinados ejercicios y de un cambio en los hábitos posturales.
Teoría del método Rolfing
Mediante el método Rolfing, el instructor restablece el equilibrio de la estructura corporal a través de las manipulaciones profundas que realiza sobre el cuerpo de la persona que se somete a la terapia. El masaje realizado produce un cambio interno, eliminando los bloqueos y la tensión fisiológica. Los beneficios que se obtienen son un cuerpo más relajado, flexible, dinámico y con mayor reserva de energía. Solo cuando la estructura corporal está situada en el lugar correcto, el cuerpo puede desarrollar su máximo potencial .
Metodología del masaje Rolfing
Para devolver al cuerpo su alineación correcta y su flexibilidad, el instructor palpa, presiona y manipula el cuerpo sistemáticamente de forma vigorosa. Esto implica pellizcar, alisar, masajear, amasar y presionar el cuerpo con los dedos, las palmas de la manos, los puños y los codos, con el fin de estirar y suavizar el tejido conectivo. Se recorre todo el cuerpo, desde la parte superior de la cabeza hasta las plantas de los pies. A través de este método se da nueva “información” al cuerpo, lo que lleva a modificar viejas actitudes y postura adquiridas, que eran nocivas para el cuerpo. Dado que muchos músculos están involucrados (y en tensión) en posturas desequilibradas, la reorganización muscular puede llegar a afectar a zonas del cuerpo muy alejadas de las que en principio se creían problemáticas.
Según la teoría de Rolfing , muchos problemas y molestias pueden atribuirse a posturas o movimientos que son engañosos, relacionados con nuestros malos hábitos . El uso de Rolfing es beneficiosa para las siguientes afecciones: dolor de espalda , síndrome del túnel carpiano, problemas en la alineación de la columna (cifosis, lordosis y escoliosis), problemas de las articulaciones, falta de coordinación, dolor musculoesquelético durante y después del embarazo, lesión por esfuerzo repetitivo (RSI), accidente o cirugía (rehabilitación), ciática y estrés.
El Rolfing implica trabajar el cuerpo en profundidad. Al igual que sucede con cualquier masaje vigoroso, se debe tener mucho cuidado si se sufre de osteoporosis, problemas musculoesqueléticos, problemas circulatorios o enfermedades de la piel, así como en el caso de mujeres embarazadas.
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