La parálisis laríngea en perros es una afección del tracto respiratorio superior debido a la pérdida de la función motora de los músculos que cierran y abren la laringe. La laringe se encuentra después de la faringe y se extiende hacia la tráquea. Está compuesta de varios cartílagos que se mueven y forman una válvula que se abre cuando el perro inhala, para permitir que el aire llegue a los pulmones, y se cierra después para evitar que la comida o el agua pasen a los pulmones. En la parálisis laríngea, los nervios encargados de contraer los músculos no funcionan, lo que limita el paso del aire a los pulmones.
Causas de la parálisis laríngea
La parálisis laríngea puede ser congénita (si está presente desde el nacimiento del cachorro) o adquirida (si se produce más tarde). Algunas razas, como el Bernese Mountain Dog o el Rottweiler, son propensas a sufrir la parálisis laríngea congénita
La parálisis laríngea adquirida puede surgir después de un traumatismo en la garganta del perro o desarrollarse por un trastorno neurológico (encefalitis, rabia del perro), hormonal (hipotiroidismo ) o mecánico (obstrucción del tracto respiratorio superior). La parálisis laríngea adquirida suele afectar a los Labradores y a los Goldens Retriever mayores de 8 años.
Síntomas de la parálisis laríngea
El principal síntoma es la dificultad para respirar. Al perro le cuesta respirar y al inspirar hace mucho ruido. Este síntoma se aprecia más fácilmente cuando hace calor, ya que los perros tienen que respirar más para regular su temperatura.
Otro de los síntomas es el cambio en la voz del perro que podemos comprobar a través del sonido de sus ladridos.
Además, el perro tiene cada vez más dificultad para realizar cualquier esfuerzo. Si se le fuerza a moverse puede llegar a sufrir un síncope.
Tratamiento de la parálisis laríngea
El tratamiento de la parálisis laríngea es quirúrgico. Hasta que se realice la cirugía debe limitarse al máximo el ejercicio por parte del perro. El veterinario realizará una radiografía de tórax para hacer el diagnóstico y comprobará que esta es la única zona afectada por la enfermedad y que, en el resto de los órganos del perro todo funciona correctamente. La operación se efectúa siempre con anestesia.
La operación consiste en realizar una incisión en la garganta y colocar dos prótesis para reemplazar el músculo que falla, de forma que el perro pueda respirar normalmente.
Los animales se despiertan bajo vigilancia continua. Pueden irse a casa dentro de las 48 horas posteriores a la operación.
Prevención de la parálisis laríngea
La recomendación principal es usar una pechera (en el caso de los cachorros y animales pequeños) en lugar de la correa habitual. En la fase inicial de la enfermedad es importante proporcionar al perro suplementos alimenticios que fortalezcan el cartílago, por lo que se debe acudir a un veterinario de inmediato para que de las pautas adecuadas para la prevención y tratamiento de la enfermedad.
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