El síndrome braquiocefálico, desgraciadamente, es un problema bastante habitual en la raza canina que conocemos con el nombre de bulldog francés. Sin embargo, a pesar de lo que muchos piensan, no se trata de una enfermedad, sino de un conjunto de síntomas que impiden que el animal lleve a cabo una vida normal y que pueden tratarse de diferentes maneras. En cualquier caso, si tras leer este artículo tienes sospechas de que tu bulldog francés los sufre, llévalo lo antes posible a tu centro veterinario de confianza.
¿Qué es el síndrome braquiocefálico y cuáles son sus síntomas?
Se conoce con este nombre a un conjunto de síntomas que aparece con frecuencia en razas caninas de hocico chato (braquicéfalas). Este es el caso, obviamente, del bulldog francés, pero también del inglés, del carlino o del boston terrier, por ejemplo.
Debido a las características del bulldog francés, esta raza es propensa a sufrir estrechamientos de las fosas nasales (estenosis de las narinas), alargamiento de la zona final del paladar (elongación del paladar blando) y obstrucciones de la tráquea (eversión de sáculos laríngeos) o falta de desarrollo en esta (hipoplasia).
Todos estos síntomas son los que componen el síndrome braquicefálico. El resultado es que el animal no puede respirar correctamente, lo que le supone un sobre esfuerzo muy importante. Pero, además, conlleva intolerancia al calor y al ejercicio físico, vómitos, síncopes, ronquidos y falta de oxigenación en su musculatura.
¿Tiene tratamiento el síndrome braquiocefálico?
Deberás acudir con tu bulldog francés a un centro veterinario ya que solo un especialista tiene la capacidad y la potestad de diagnosticarlo. Y es que, a pesar de ser un problema habitual en esta raza, muchos animales pertenecientes a ella no tienen necesidad de ser tratados ya que pueden llevar una vida perfectamente normal.
Por norma general, el único modo que existe de tratar el síndrome braquiocefálico es mediante la aplicación de cirugía. Gracias a ella, el veterinario puede corregir las anomalías en la tráquea y las fosas nasales del animal con el propósito de que pueda respirar con normalidad en el futuro.
Sin embargo, no se trata de una intervención quirúrgica sencilla. De hecho, requiere de la aplicación de anestesia general y de un pre operatorio en el que hay que realizar radiografías, electrocardiogramas y analíticas sanguíneas. El auxiliar técnico veterinario será el profesional indicado para acompañar al veterinario en todas estas tareas. Además, el especialista debe ser previsor para evitar que surjan edemas de laringe durante la operación ya que esta es una de las principales complicaciones asociadas a ella.
A pesar de todo lo que acabamos de decir, el porcentaje de éxito de esta intervención es de prácticamente el 100 %. Además, las mejoras en los niveles de calidad de vida del animal son tan notorios que merece la pena asumir ese pequeño riesgo y tratar el síndrome braquiocefálico adecuadamente en un centro veterinario.
En definitiva, aunque el síndrome braquiocefálico sea un problema prácticamente congénito a una raza como el bulldog francés, en tu centro veterinario de confianza te dirán cómo debes tratarlo y qué es lo más conveniente para el animal. El auxiliar veterinario te dará toda la información supervisada por el veterinario para que puedas quedarte tranquilo al respecto. Al fin y al cabo, su salud, su bienestar y su calidad de vida son los aspectos más importantes.
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