Periódicamente, las perras pasan por un periodo de celo durante el cual se encuentran en estado fértil. Esta fase, imprescindible en su ciclo reproductivo, provoca en ellas cambios físicos y hormonales, así como una cierta modificación de sus comportamientos.
No supone ningún problema en sí mismo, aunque las dificultades pueden derivar de nuestro desconocimiento como dueños. Así que… vamos a solucionarlo aprendiendo mucho más sobre los celos en las perras.
¿Qué es el celo canino?
Los celos en las perras forman parte del denominado “ciclo estral” de las perras, cuando el estrógeno y la progesterona dominan su organismo. En este periodo la perrita se encuentra ovulando y siente la necesidad de encontrar un macho para reproducirse. Estos, por otra parte, detectan enseguida dicho estado en las hembras y tratan de fecundarlas cuando se encuentran con ellas, teniendo en cuenta que son los únicos momentos del año en los que estarán receptivas.
Lo normal es que el celo se produzca dos veces al año, aproximadamente cada 6 u 8 meses, aunque también es posible tenerlo una sola vez al año. Lo que no es normal es que suceda en 3 o más ocasiones: si es así, deberás llevarla inmediatamente al veterinario. Lo más frecuente es que este periodo se presente entre finales del invierno y principios de la primavera, aunque si el animal se encuentra bien cuidado y alimentado puede sobrevenirle en cualquier estación del año.
Los celos en las perras duran entre 2 y 4 semanas. Si este estado se prolonga más tiempo, es un indicador preocupante y deberás llevarla a su veterinario.
El celo de las perras, aspectos importantes
Habitualmente, cuando se encuentra en este estado, tu perra se mostrará más cariñosa y juguetona, buscará tus caricias con mayor frecuencia y deberás tener cuidado porque podría intentar escaparse para aparearse. Menos frecuente, pero también posible, es que la perra en celo muestre agresividad hacia otras hembras, así como que manifieste una tendencia a dormir más tiempo del normal.
Además, le notarás los órganos sexuales más oscuros e inflamados de lo habitual, y la verás lamerse esa zona con frecuencia. Es posible que pierda algo de gana de comer, sufrirá pérdidas de sangre y orinará con más frecuencia.
Existen bastantes diferencias, en este sentido, entre los distintos ejemplares y razas. Algunas perritas apenas “manchan” unas gotas, pero en otros casos pueden llegar a ensuciar mucho y a estropear elementos de tu hogar. Por ello, si tu perra se encuentra en celo, no dudes en adquirir unas braguitas absorbentes para perras.
Cuando la mancha de la perrita en celo ya se ha producido, prueba a empapar un paño con agua fría mezclada con un poco de sal y frota la tapicería despacio, pero con constancia. Si lo haces cuanto antes, es bastante probable que consigas eliminarlas.
Por último, y no menos importante, debes mantener el estado de alerta algunos días después de la conclusión del celo. Si, tras terminarlo, notas un líquido blanco (parecido al pus) o con tiznes de sangre, tendrás que llevarla de inmediato al veterinario, pues podría tener una infección de útero, que requiere atención médica.
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