A pesar de que su nomenclatura puede llevar a confusión, no, la bromatología no tiene nada que ver con las bromas. En esta ocasión os hacemos una introducción a esta ciencia tan importante que estudia los alimentos.
¿Qué es la Bromatología?
La Bromatología estudia la naturaleza y la composición química de los alimentos, además de investigar su efecto sobre el organismo humano. También analiza el comportamiento de los productos bajo diversas condiciones y concluye si lo que consumimos es de calidad y está conforme con la legislación vigente. Durante estos ensayos se tiene en cuenta toda la cadena de producción de un alimento, en la que intervienen múltiples factores: desde la materia prima hasta su manipulación, envasado, almacenamiento, distribución, comercialización y, finalmente, consumo.
La composición química de un alimento
Desde el punto de vista químico, un alimento es un complejo sistema constituido por diferentes componentes como sales minerales, vitaminas, agua, pigmentos, lípidos, proteínas e hidratos de carbono. La Bromatología como hablábamos antes, estudia todos estos principios para comprender cómo están formados los alimentos, de qué manera interactúan sus componentes entre sí y cómo se comportan cuando se les aplican distintos tratamientos químicos. Por ejemplo, un bromatólogo puede explicar qué ocurre cuando se cocina un trozo de carne a la parrilla, cómo se transforma la harina en pan, por qué la clara de un huevo se vuelve sólida a temperaturas muy altas o cómo es posible obtener un sabroso caramelo a base de calentar azúcar.
Beneficios de la Bromatología
Los bromatólogos llevan sus estudios a escala industrial a fin de aplicarlos en el desarrollo de alimentos para hacerlos más saludables, ya sean pizzas, galletas, caramelos, flanes o helados. Los beneficios de la bromatología también abarcan grupos especiales de consumidores como los celíacos, hipertensos, diabéticos, obesos, alérgicos, etc. Con el objetivo de crear la alimentación adecuada para estas personas, un bromatólogo indaga qué ocurre agregando, quitando o mezclando diferentes componentes (agua, azúcar, sal), calentando un producto a fuego directo o en microondas, añadiendo especias, etc. De esa forma, un especialista en bromatología no solo investiga la funcionalidad de los ingredientes alimentarios, sino también estudia sus propiedades, aporte calórico y aspectos sensoriales como sabor, aroma, color o untuosidad. Además de ser profesionales relacionados con el mundo de la química orgánica, los bromatólogos también poseen conocimientos en biología, física y matemáticas, lo que les permite crear nuevos alimentos saludables con una sólida base científica.
Análisis microbiológico y toxicológico de los alimentos
Al mismo tiempo, la labor de los bromatólogos consiste en estudiar los cambios que ocurren durante la manipulación de la materia prima, la conservación de los alimentos ya preparados y los procesos culinarios que se les deben aplicar para asegurar su calidad y excelente valor nutritivo. En definitiva, la bromatología es una ciencia multidisciplinar que está estrechamente vinculada a la industria alimentaria y a los principios de una alimentación sana dentro de un conjunto científico, práctico y metodológico, siempre de la mano con los avances tecnológicos que, de un modo u otro, ayudan a entender mejor el comportamiento de los alimentos. Entre otros beneficios de la bromatología figuran los estudios microbiológicos y toxicológicos de los productos. Los primeros investigan la presencia de los microorganismos y sus efectos sobre la salud de las personas, tanto positivos como negativos. A su vez, la toxicología analiza la posible toxicidad de ciertas sustancias presentes en uno u otro tipo de alimentos, bien a causa de contaminación ambiental o por no seguir un procedimiento tecnológico correcto.
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