Empieza a llegar el frío del invierno y, con él, empiezas a sentir algunas molestias en la zona baja de la espalda, en las rodillas y en los huesos en general. Si te sucede o conoces a alguien que le pasa, lo cual es absolutamente habitual, has de saber que la explicación es muy simple: Los cambios de estación afectan al aparato locomotor. Aquí queremos explicarte por qué y hablarte acerca de cómo el quiromasaje y las terapias manuales pueden serte de ayuda para combatir el dolor de huesos.
¿Por qué los cambios de estación afectan a los huesos?
La razón fundamental que explica que los cambios de estación provoquen dolor en los huesos y las articulaciones se encuentra en las variaciones en la presión atmosférica. Has de saber que, habitualmente, estamos sometidos a una presión de 1 kg por centímetro cuadrado en nuestro cuerpo, lo que impide que los gases y los líquidos de nuestro cuerpo se expandan o se contraigan en exceso. Dicha presión se reduce conforme aumenta la altura. Lo habrás comprobado, por ejemplo, al subir en avión y comprobar que los oídos se te taponan.
Los flujos entre aire frío y caliente varían según la estación, lo que produce incrementos o reducciones de la presión que, aunque a simple vista sean imperceptibles, afectan a los líquidos del cuerpo. Especialmente influyen sobre el líquido sinovial, que es aquel que tiene la función de reducir la fricción entre los huesos y que es especialmente sensible a dichas variaciones.
La mayoría de las personas, a pesar de esas modificaciones en su líquido sinovial, no sufren problemas. Sin embargo, si han padecido alguna lesión, la cosa cambia ya que las estructuras, a pesar de estar sanadas, han podido sufrir modificaciones. Cuando dicho líquido se contrae o expande, puede presionar algunos nervios y dar lugar al dolor. Esa es la explicación fundamental.
El Quiromasaje y las Terapias manuales te ayudan
No cabe duda de que, hoy en día, el quiromasaje y otras muchas terapias manuales pueden serte de gran ayuda para aliviar el dolor que sientes en relación con los cambios de estación. Esto se debe, principalmente, a que, gracias a estas técnicas, es posible reconducir el líquido sinovial al lugar en el que debe estar y reducir, de este modo, la presión que ejerce sobre los nervios de una zona determinada.
Además, estas técnicas resultan muy útiles a la hora de prevenir que el problema vuelva a aparecer en el futuro. Y es que, aunque parezca increíble, con la adecuada periodicidad de sesiones de quiromasaje es posible devolver las estructuras a su forma original o, en su defecto, a una más adecuada respecto a la que adoptaron después de la lesión que ahora te está dando problemas. Gracias a ello, ese dolor que te sirve de aviso para los cambios de tiempo desaparecerá por completo.
En definitiva, si los cambios de estación te afectan especialmente y te generan dolor en cualquier zona de tu cuerpo, solo tienes que ponerte en las manos de un quiromasajista o de un especialista en terapias manuales para corregir tu problema. Puedes estar seguro de que, en muy poco tiempo, esas molestias serán cosa del pasado.
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