La seguridad de los eventos de gran envergadura es un aspecto clave para garantizar el éxito y la satisfacción de los asistentes y el entorno.
(SEGURIDAD, Orden 325, título: Seguridad en grandes eventos y espectáculos)
Los conciertos, festivales, eventos deportivos, ferias, convenciones, entre otros; convocan a una gran cantidad de personas en un mismo lugar y tiempo, y pueden generar riesgos sanitarios, de seguridad o ambientales, por lo que requieren una planificación al detalle, una coordinación eficaz y una aplicación rigurosa de las medidas preventivas y correctivas.
Planificación y coordinación de la seguridad en eventos masivos
La planificación y coordinación de la seguridad en eventos masivos es un proceso complejo que requiere la participación de diversos actores, como organizadores, autoridades, servicios de emergencia y voluntarios.
Entre los aspectos que se deben considerar están:
- Evaluación de riesgos y amenazas, tanto internas como externas, que puedan afectar al evento o a sus asistentes. Los cinco principales peligros en la planificación de este tipo de actividades masivas son: tumultos en el público, dificultades de salud, amenazas terroristas, complicaciones de seguridad cibernética y desastres naturales.
- Definición de los objetivos y el alcance de la seguridad, así como del papel y las responsabilidades de cada entidad involucrada.
- Elaboración de un plan de seguridad integral, que contemple las medidas preventivas, reactivas y de recuperación ante posibles incidentes o emergencias.
- Asignación de los recursos humanos y materiales necesarios para garantizar la seguridad, así como la capacitación y sensibilización de los mismos.
- Coordinación y comunicación efectiva entre los diferentes actores, tanto antes como durante y después del evento, para asegurar una respuesta rápida y eficaz ante cualquier eventualidad.
- Supervisión y monitoreo constante de la situación, así como la evaluación y el seguimiento de las acciones realizadas.
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La incorporación de tecnología digital también puede resultar útil para mejorar la eficacia en la gestión de la seguridad en este tipo de eventos. Un efectivo sistema de comunicación, con radios bidireccionales, aplicaciones móviles o dispositivos de alerta; sistemas de videovigilancia, drones; sistemas de control de accesos, como pulseras, boletos electrónicos y tarjetas de identificación; escáneres y detectores de metales pueden ser de gran ayuda.
Control de multitudes y gestión de situaciones de emergencia
El control de multitudes es la supervisión y fiscalización del movimiento de personas en un lugar o zona específica. Implica el uso de técnicas y recursos para prevenir, disuadir o contener posibles disturbios, hacinamiento, violencia o pánico entre los asistentes a una actividad colectiva y reducir la probabilidad de que surjan problemas.
El eficaz control de multitudes requiere una planificación cuidadosa, gran organización y una apropiada comunicación con el público e incluye los siguientes elementos:
- Puntos de acceso.
- Lugares de entrada y salida para el control de masas.
- Áreas de cola.
- Patrones de flujo y tráfico.
- Límites de capacidad.
- Señales de tráfico direccionales.
Algunas de las estrategias para medir el control de multitudes son el control de aforo, útil para medir la cantidad de personas que caben en un espacio específico de una zona, al mismo tiempo y el control de barreras, se refiere al uso de barreras físicas, como cinta policial, líneas de cuerda o barricadas, para delimitar zonas y organizar el tráfico peatonal.
Por su parte, la gestión de situaciones de emergencia consiste en la planificación, coordinación y ejecución de acciones para responder ante situaciones que pongan en riesgo la vida, la salud, la integridad personal o los bienes. Consta de cinco fases:
- prevención,
- mitigación,
- preparación,
- respuesta,
- recuperación.
Ambos procesos requieren de una adecuada capacitación, comunicación y colaboración entre los diferentes actores involucrados, como las autoridades, los organizadores, los servicios de emergencia y la ciudadanía.
Casos reales de éxito en la seguridad de eventos de gran envergadura
Uno de los casos más destacados es el de la Copa Mundial de Fútbol 2018, que se celebró en Rusia. El evento reunió a más de 3 millones de espectadores en 12 estadios, además de millones de personas que siguieron el torneo por televisión o internet. La seguridad del evento implicó la participación de más de 100.000 agentes de seguridad, entre policías, militares y voluntarios, que se encargaron de controlar el acceso a las sedes, proteger a las delegaciones y personalidades, prevenir incidentes violentos y responder a posibles emergencias. El resultado fue un evento sin incidentes graves, elogiado por la FIFA y por los asistentes.
Otro caso exitoso fue el de la Jornada Mundial de la Juventud 2019, en Panamá. El evento religioso reunió a más de 700.000 jóvenes católicos de todo el mundo, que participaron en diversas actividades sociales, culturales y espirituales. La seguridad del evento contó con el apoyo de más de 40.000 efectivos, entre policías, bomberos, paramédicos y voluntarios, que se ocuparon de garantizar el orden público, la movilidad, la asistencia médica y el cuidado ambiental. El evento transcurrió sin mayores contratiempos, y fue calificado como un éxito por el Papa Francisco y por los organizadores.
Un tercer caso relevante fue el de la Exposición Universal de Dubái de 2020. El evento mostró los avances y las innovaciones de más de 190 países en diferentes áreas, como sostenibilidad, movilidad y oportunidad. La seguridad del evento implicó la implementación de un sistema integrado de vigilancia, control y respuesta, con cámaras inteligentes, drones, robots, sensores y dispositivos móviles. La exposición se realizó sin incidentes significativos, y fue reconocida como un ejemplo de seguridad y tecnología al servicio del desarrollo humano.
Un eficiente plan de seguridad en eventos masivos debe incluir una evaluación detallada de los posibles riesgos, contar con un servicio profesional en seguridad, que incorpore tecnología digital y empezar a tiempo con la planificación, para garantizar el éxito del evento y la satisfacción de los asistentes.
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