Son muchos los parásitos y afecciones que pueden infectar a nuestras mascotas. Estos pueden ocasionar desde distintas molestias y síntomas hasta comprometer seriamente la vida del animal doméstico.
La parasitología hace referencia a todas las investigaciones y estudios sobre los parásitos, tanto aquellos parásitos microscópicos -como los piojos- o los parásitos macroscópicos –como los acantocéfalos-.
Al hablar de parasitología y enfermedades parasitarias en animales domésticos la prevención es la clave para disminuir la posibilidad de una infestación parasitaria y eliminar los riesgos que supone esta. Mantener una buena higiene en tus mascotas, llevarlo frecuentemente al veterinario y la desparasitación son medidas simples, pero muy efectivas e importantes para resguardar la salud de tu perro o gato.
¿Qué son los parásitos?
Los parásitos son organismos vivos que sobreviven alimentándose de otro ser vivo en donde se hospedan y se pueden reproducir y alimentar en el interior o exterior de este. En ese proceso se transmiten una gran cantidad de enfermedades y afecciones. Además, la cantidad de organismos que pueden infectar es muy amplia, desde plantas hasta todo tipo de animales.
Un aspecto a considerar es que los parásitos pueden transmitir enfermedades –incluyendo a las personas- fácilmente, por medio del contacto directo con una fuente contaminada. Por ejemplo, comer un alimento infectado o por la picadura de un mosquito.
Las mascotas comúnmente cuando tienen una enfermedad parasitaria se debe a infecciones por pulgas, ácaros, garrapatas, piojos, gusanos y moscas. Sin embargo, los parásitos también pueden propagar infecciones como el tifus, la leishmaniasis y la salmonelosis.
Estas infestaciones parasitarias en animales domésticos pueden causar anemia, vómito, diarrea, pérdida de peso, falta de apetito, estrés dolor, erupción cutánea y en los casos más graves hasta destrucción de tejidos y la muerte. Es importante conocer sobre los parásitos y cómo se transmiten debido a que muchas de las afecciones que ocasionan no son fáciles de diagnosticar o tratar, por esto lo mejor es la prevención.
Parásitos del aparato digestivo
Los parásitos del aparato digestivo son los que se alojan en los órganos encargados de la digestión. Etiología: Los más comunes son los gusanos redondos, nematodos, cestodos, protozoarios, lombrices intestinales, gusanos planos, las guardias y los coccidios. La biología de los parásitos del aparato digestivo hace referencia a cómo se transmiten. Se desarrollan y se reproducen -en el ser vivo donde se hospedan-, los cuales prosperan en animales infectados como aves o roedores y se encuentran también en alimentos contaminados. Entonces, en cuanto a la epidemiología si una mascota tiene contacto con el suelo o un animal infectado se enferma, de igual forma si ingiere comida o agua contaminada.
Los signos clínicos de los parásitos del aparato digestivo son la debilidad, vómitos, diarrea, anemia, desnutrición, falta de energía y pérdida de apetito. Por otro lado, estos parásitos se diagnostican primero con la observación de los síntomas y posteriormente con pruebas de laboratorio y muestras de heces.
Las medidas para la prevención y el control de parásitos suelen ser las mismas sin importar donde estos proliferen, por ejemplo:
- Evitar el contacto con animales infectados o potencialmente transmisores de enfermedades, como los ratones.
- Administración de medicamentos preventivos.
- Cuidando la higiene de las mascotas y del lugar donde viven.
- La realización de desparasitaciones periódicas.
Parásitos hemático
Los parásitos hemáticos son aquellos que se alojan en la sangre. Su etiología incluye a parásitos como:
- Babesia.
- Trypanosoma –causante de la enfermedad de Chagas-.
- Anaplasma.
- Ehrlichia.
- Hemobartonella.
- Dirofilaria immitis -causa la enfermedad del gusano del corazón-.
En cuanto a su biología, estos parásitos tienen una gran capacidad para adaptarse, sobrevivir y reproducirse. Muchos parásitos pueden evadir la respuesta del sistema inmune al infectar los glóbulos blancos. La epidemiología de los parásitos hemáticos se refiere a la forma en que se transmite la infestación parasitaria entre los animales domésticos, los cuales también incluye a animales de granja. Algunos de los factores de riesgo para la infección por parásitos son la exposición a los parásitos, el contacto con sangre o tejidos infectados.
Los signos clínicos de los parásitos hemáticos pueden incluir anemia, dolor, debilidad, fiebre, falta de energía o letargo, vómitos, afecciones respiratorias, pérdida de peso y falta de apetito. El diagnóstico de los parásitos hemáticos se realiza mediante la toma de muestras de sangre, la realización de pruebas de laboratorio y la observación de los síntomas clínicos.
La prevención y el control de los parásitos hemáticos es parecida a las medidas para evitar otros parásitos e incluye desparasitar a las mascotas con pipetas o collares, mantener las vacunas – que no impiden la infección, pero reducen los riesgos-, ir de forma periódica al veterinario y mantener limpio al animal doméstico.
Parásitos del aparato reproductor
Son muchos los parásitos que pueden afectar al aparato reproductor de los animales domésticos, tres de los más comunes son piojos, ácaros y garrapatas. Además, en su etiología también incluye a las pulgas, nemátodos y cestodos.
Biología y epidemiología de los parásitos del aparato reproductor en animales domésticos: este tipo de parásitos pueden ser internos como los cestodos y propagarse en los órganos reproductivos causando dolor y distintas afecciones, mientras que los externos como las pulgas se encuentran en el pelaje y causan irritación o infecciones. Los parásitos internos se transmiten casi siempre por ingerir algún medicamento infectado por huevos o larvas, por otro lado, los externos se transmiten de forma directa de un animal infectado a otro o ambiental.
Los signos clínicos varían dependiendo del parásito y de otros factores como la cantidad de estos y el tiempo que tengan en el animal. Algunos signos más frecuentes son:
- Picazón en la zona genital.
- Inflamación y dolor.
- Secreciones anormales.
- Infertilidad o abortos.
- Disminución del apetito sexual.
El diagnóstico es con exámenes de laboratorio y pruebas de imagen.
La prevención y el control de parásitos del aparato reproductor incluye el uso de antiparasitarios, consultas con el veterinario, así como la limpieza y desinfección adecuada tanto del animal como del espacio donde viven.
Etiología, biología y epidemiología de los parásitos cutáneo
Estos parásitos viven en la piel de los animales, como ácaros, garrapatas, pulgas y piojos. Estos pueden causar dermatitis alérgicas, enfermedad de Lyme y el tifus murino.
La forma de transmisión de estos parásitos depende del tipo. Por ejemplo, las pulgas, ácaros y piojos se transmiten de un animal a otro a través de contacto directo o indirecto entre las mascotas y las garrapatas por la picadura de un mosquito.
Los signos más comunes de este tipo de parásitos son: picazón, erupciones cutáneas, hinchazón, pérdida de cabello, descamación y enrojecimiento de la piel. El diagnóstico se hace por la inspección visual de la piel y pelaje del animal, la toma de muestras y pruebas de laboratorio.
La prevención y el control incluye el cuidado correcto del pelaje del animal como su cepillado para mantener una buena higiene, evitar lugares sucios o infectados de plagas de mosquitos y el uso de productos antiparasitarios.
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