Recientemente los animales exóticos han pasado a denominarse nuevos animales de compañía. Incluyen: pequeños mamíferos (conejos, cobayas, hámsters, chinchillas, hurones…), aves (canarios, loros…) y reptiles (iguanas, camaleones, tortugas de agua y tierra, lagartos tipo gecko o dragones barbudos y serpientes, entre otros).
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de adquirir uno de estos animales? ¿Cuál es el más indicado para nosotros?
Partiendo de la premisa de que un animal de compañía no es un juguete y requiere responsabilidad, tenemos que plantearnos cuanto tiempo podemos dedicarle a nuestra nueva mascota. No es lo mismo una persona que trabaja ocho horas que otra que lo haga media jornada o un jubilado por ejemplo.
Hay animales como los hámsters que son solitarios y no necesitan tanta atención. Y otros como un loro que requiere plena dedicación. Hay animales diurnos y otros crepusculares o nocturnos. De la misma manera debemos tener en cuenta la disponibilidad de espacio, ¿vamos a tener a nuestro animal encerrado en una jaula? ¿Puedo ofrecerle espacios de libertad? ¿Cómo de grande va a ser cuando sea adulto?
Hay animales que compramos muy pequeños como una tortuga de agua que puede tener el tamaño de una moneda, con su acuario y su palmerita y en unos años llegar a pesar 2kg. ¿Entonces qué? ¿Le habilito la bañera? ¿Tengo un jardín dónde pueda vivir adecuadamente? ¿Lo suelto en el río cercano de sin pensar que estoy poniendo en peligro especies autóctonas y alterando el ecosistema, ya que la mayoría de estos animales son invasores?
Otro factor que debemos considerar es la longevidad del animal que vamos a adquirir: un loro podría llegar a los 60 años. ¿Están mis hijos dispuestos a cuidar al loro cuando yo no esté? ¿Dispongo de capital para alimentarle, llevarle al veterinario para sus controles anuales o en caso de enfermedad?
Hay que tener en cuenta también que desde la publicación en el BOE del Real Decreto 630/2013 en el cual se regula el catálogo español de especies exóticas invasoras muchos de estos nuevos animales no se pueden comprar y los que ya están adquiridos no se pueden ni criar, ni vender, ni ceder. Además de tener la obligación de ser identificados y registrados, como es el caso de tortugas de Florida, mapaches y erizos africanos entre otros.
Pero, a pesar de todos estos dilemas, es importante destacar que los animales de compañía nos aportan numerosos beneficios: las personas que conviven con animales de compañía mejoran su autoestima, reducen el estrés y ven incrementado su bienestar psicológico.
En conclusión, los nuevos animales de compañía pueden ser grandes compañeros pero es necesario asegurarse de que el tipo de animal elegido se ajusta al tipo de vida de cada persona o familia, a sus hábitos, experiencias y expectativas depositadas. No se debe olvidar que los animales dependen totalmente de las personas y requieren muchos cuidados y atenciones.