Resumir en dos párrafos todos los beneficios de esta disciplina terapéutica no es fácil pero lo intentaremos. Descubierta y desarrollada a principios del siglo XX por el Dr. Edward Bach (1886-1936), médico, bacteriólogo, inmunólogo y homeópata inglés, consta de solo 38 esencias florales y está dirigida a tratar el complejo mundo de las emociones. Es un sistema de tratamiento sencillo, sin efectos secundarios, complementario a cualquier otro y sin restricciones de edad, resuelve un sinfín de grandes y pequeños malestares emocionales, mentales o anímicos, siempre teniendo en cuenta la individualidad de cada uno.
Cuando nos cuesta levantarnos, cuando tenemos miedo a suspender un examen o que lo haga nuestro hijo, cuando estamos enfadados o tristes, deprimidos o apáticos, cuando el estrés aprieta, cuando los hijos nos agobian y los padres exigen, cuando tememos por nuestro futuro o trabajo, cuando lloramos una pérdida, cuando la desolación es tal que raya lo insoportable, cuando no podemos conciliar el sueño rumiando ese tema del trabajo o nos despertamos cada “dos por tres”, cuando culpamos a todo el mundo por lo que nos ha tocado vivir o queremos “tirar la toalla”… Todos hemos vivido alguna o varias de estas situaciones alguna vez y más aún en los últimos tiempos y todos, incluso los más fuertes (mejor, los que no lo reconocen), de vez en cuando necesitamos una ayudita.
Las Flores de Bach son esa ayuda que van a aplacar todos los desequilibrios, zozobras, frustraciones, miedos o dudas que, a veces, convierten nuestra existencia en un “valle de lágrimas”. Incluso, cuando nuestros animalitos sufren o las plantas se resisten a crecer, las Flores de Bach pueden ayudar.
Además de cuidar nuestro físico o nuestra alimentación, no debemos descuidar esa parte invisible pero tan importante de nuestro ser. Es de vital importancia cuidar nuestro “interior”, nuestras emociones y la manera de tomarnos el día a día, no sólo por el presente que lo disfrutaremos más, sino también por el futuro, pues resolviendo por ejemplo las causas que provocan una úlcera del estómago (el estrés) no llegaremos a desarrollarla.
Y en ISED nuestros alumnos lo saben muy bien, pues son los primeros en conocer los efectos y beneficios de esta maravillosa terapia y salen preparados para seguir difundiendo el legado del Dr. Bach.